“¿ Dice usted que no ha sido llamado? Más bien debería decir que ‘no escucha el llamado’. Solo ponga su oído sobre la Biblia, y escúchelo enviándote a sacar a los pecadores del fuego de la perdición. O ponga su oído sobre el atribulado corazón de la humanidad y escuche como este palpita lastimosamente gimiendo por una pronta ayuda. O sólo párrese frente a las puertas de infierno y escuche a los condenados rogándole a usted que vaya a sus casas para alertar a sus hermanos, hermanas, familiares , vecinos y amigos para que no vayan para ese lugar …”
William Booth (1829-1912)