“El Espíritu Santo es una cosa (animal u objeto inanimado) que vive en el nariz, los ojos y los oídos…”Eso fue lo que enseñó un Pastor Indígena llamado Mateo en su lengua materna, luego de haber asistido a un seminario cuyo tema era el Espíritu Santo. Dicho seminario fue dictado en español, idioma que Mateo hablaba sin embargo no dominaba.Hablamos en español luego de que la reunión terminó y me contó lo que aprendió en el seminario y lo que me dijo en Español fue completamente diferente a lo que enseñó en su lengua materna. De acuerdo a su explicación en español, el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, es personal y mora en las personas cuando éstas entregan su vida a Jesucristo, obviamente ningún teólogo encontraría error alguno ante esta explicación.
Entonces, ¿a qué se debió la gran diferencia entre lo que enseñó en su propio idioma y lo que me explicó usando su Español básico?
Mateo, como muchos indígenas evangélicos aprendió correctamente el vocabulario teológico en español y podía repetir todas las palabras sin problema. El maestro que enseñabaen el seminario hubiera estado muy contento con lo que supuestamente aprendió Mateo. Pero su comprensión del tema en Español no era igual a lo que el podía entender desde su cosmovisión.
Lo que predicó en su idioma fue lo que Mateo realmente comprendió, y fue totalmente incorrecto. Evidentemente el misionero que dictó el seminario no tomó el tiempo necesario para aprender el idioma de Mateo. Nunca se dio por enterado de lo que éste realmente aprendió, cosa que Mateo solamente podía expresar en su lengua materna.
En este caso el misionero solo escuchaba lo que Mateo repetía en español.
Esta realidad nos demuestra la importancia de considerar el idioma materno en la educación teológica aplicada a pastores indígenas y la transformación espiritual de las iglesias indígenas.
Si les forzamos a estudiar y enseñar en un idioma diferente al materno. ¿Qué tan profunda será la transformación espiritual en sus vidas? La verdad, no mucha, me temo. Pero si los misioneros invierten tiempo aprendiendo la lengua materna de los nativos, esos idiomas que Dios les dio, la lengua de sus corazones, le aseguro que el Espíritu Santo sí puede efectuar una transformación profunda en las vidas de nuestros hermanos indígenas.
Articulo por: Bill Bivin Traductor Bíblico/N.T. en Gnäbere